viernes, 17 de agosto de 2012

Nkosi sikelele iAfrika

Está claro por qué quieren cargarse la minería española y que compremos minerales a otros países. En Sudáfrica tienen que trabajar como esclavos con unas condiciones lamentables y unos sueldos miserables. Y cuando se quejan los mata una policía y un Gobierno a las órdenes de una empresa británica (Lonmin).
 
No sé, por cierto, si Lonmin pagará publicidad en la prensa española o es simple defensa del statu quo y de los intereses creados por parte de los grupos mediáticos de este país. Porqué todas las informaciones que estoy leyendo sobre la masacre de mineros en Sudáfrica son superficiales y falsamente asépticas. ¿Cómo se puede ser aséptico cuando un Gobierno ha masacrado a cerca de 40 personas.
 
Imaginémonos que pasa en Rusia, Cuba o en Marruecos... ¿Acaso no estaríamos poniendo el grito en el cielo?
 
Pero como es la "democracia" de la República Sudafricana, siempre respetuosa con los consejos del FMI y con las potencias y las empresas occidentales, lo despachamos como un asunto menor.
 
Especial verguenza me ha dado el artículo publicado (bastante abajo en su web) por El País. Está firmado en Nairobi por . Cuenta lo que dice la policía, pero no la versión de los mineros. De esto último sólo dice que los trabajadores exigen un "considerable" aumento de sueldo. ¿Considerable? ¿Cuánto ganan y cuánto piden ganar? Y a la hora de darle contexto a la historia, nuestro amigo Josemi nos cuenta los enfrentamientos entre los sindicatos que agrupan a los trabajadores y los episodios de violencia protagonizados previamente por ellos... pero nada de cómo viven y cómo trabajan estas personas. Ni una línea, nada. También nos habla de que la empresa Lonmin mantiene cerradas sus explotaciones, pero no nos cuenta cuanto gana Lonmin, si su beneficio ha crecido o se ha reducido en los últimos años o si es una empresa tradicionalmente comprometida con los derechos humanos o preocupada por las condiciones de sus empleados.
 
Este blog no hace periodismo, desde luego... pero, Josemi, tú tampoco. 
 
 

La policía de Sudáfrica afirma que mató a 34 mineros para defenderse

Los agentes dispararon "para proteger sus vidas y en defensa propia", según la policía

La policía trataba de desalojar a unos 3.000 mineros, que estaban armados con machetes

 

Sudáfrica se despertó en estado de choque este viernes tras los enfrentamientos del jueves entre los mineros y la policía en Marikana. Al menos 34 trabajadores murieron y 78 resultaron heridos por disparos de la policía en el conflicto de la mina de Lanmin en esa localidad, ubicada a unos 100 kilómetros al noroeste de Johannesburgo, según las cifras que el comisario nacional de la Policía, Riah Phiyega, indicó este viernes en rueda de prensa.

"Los agentes, para proteger sus vidas y en defensa propia, se vieron obligados a responder con fuerza", según un comunicado de la propia Policía Nacional de Sudáfrica. Las imágenes y las descripciones de periodistas en el lugar confirman que grupos armados de mineros se lanzaron contra la policía, pero aún no se ha podido confirmar independientemente si los trabajadores también tenían armas de fuego o quién disparó sobre quién en primer lugar.

Otras fuentes dan cifras diferentes sobre el número de muertos y la South African Broadcasting Corporation, medio de propiedad estatal, habla de hasta 45 fallecidos.

"No llamamos a esto una masacre", añadió el comisario nacional. La policía ha arrestado a 259 personas y su Directorado de Investigación Independiente está examinando la actuación de los agentes.

Cerca de 3.000 mineros de Marikana llevan desde el 10 de agosto sin acudir al trabajo como protesta por sus condiciones salariales. Antes de los incidentes del jueves, otras 10 personas habían muerto en enfrentamientos entre diferentes grupos de mineros y la policía.

"Creemos que hay suficiente espacio en nuestro orden democrático para que cualquier disputa se pueda resolver mediante el diálogo y sin romper la ley ni recurrir a la violencia", dijo hoy en un comunicado Jacob Zuma, el presidente sudafricano.

Zuma ha regresado apresuradamente a Sudáfrica desde Mozambique, donde se encontraba para asistir a una cumbre regional, y ha declarado que se encontraba "conmocionado y en estado de choque" tras los incidentes de ayer, los peores de este tipo desde el fin del régimen racista del Apartheid en Sudáfrica en 1994.

El incidente se produjo el jueves por la tarde cuando los agentes levantaban barricadas con alambre de espino en los terrenos de la mina. Frente a ellos, en una pequeña colina, se encontraban los alrededor de 3.000 mineros que llevan una semana protestando. Entonces, "la policía fue atacada brutalmente por el grupo (de mineros) con diferentes tipos de armas, incluyendo armas de fuego", según la policía.

Esta mañana, cientos de policías patrullaban el lugar de los hechos mientras agentes de la Policía científica recogían muestras en la escena de los tiroteos: cartuchos, machetes, lanzas y también armas de fuego, que podrían haber pertenecido a los mineros.

Una semana de enfrentamientos

La mayoría de los mineros que están protestando están representados por la Asociación de Mineros y Trabajadores de la Construcción (Association of Mineworkers and Construction Union, AMCU, en inglés).

Los trabajadores exigen un considerable aumento de sueldo, una pugna en la que AMCU, muy activa y de creación reciente, está enfrentada al Sindicato Nacional de Mineros de Sudáfrica (National Union of Mineworkers, NUM, en inglés), que ha dominado la escena sindical durante los últimos 25 años y está conectado políticamente con el partido del presidente Zuma.

Líderes de ambos sindicatos han mantenido varias conversaciones durante estos días pero, por el momento, no han llegado a ningún acuerdo. Mientras, mineros de uno y otro sindicato se han ido enfrentado entre sí y con la policía durante la última semana.

El domingo, manifestantes mataron a dos guardias de seguridad tras haber prendido fuego a su coche. Un día después, las fuerzas de seguridad no pudieron detener a otro grupo violento, que acabó con la vida de dos trabajadores y dos policías. Éstos respondieron abriendo fuego y matando a al menos tres manifestantes, según informaron las autoridades y la propia Policía.

Lonmin, de propiedad británica, mantiene cerradas todas sus minas de platino en Sudáfrica, que constituyen el 12 por ciento de la protección mundial de este metal. El platino se usa en joyería, en electrónica y en la fabricación de instrumentos científicos como termómetros. Sudáfrica cuenta con alrededor del 80% de las reservas mundiales conocidas de platino.

miércoles, 8 de agosto de 2012

Valor y precio

El tipo de la contrata de telefónica ha venido esta mañana para ponerme el Internet (con el que ahora mismo -entre otras cosas- escribo este blog). Una operación en principio sencilla, acabó demorándose toda la mañana. Primero no teníamos ni idea de donde estaba el cajetín. Cuando lo hemos encontrado, resulta que el hombre no tenía una escalera adecuada para subirse hasta allí, ya que estaba colocado con odio: a unos cuatro metros sobre el nivel de la calle y en la fachada menos accesible de la corrala. Pero como su empresa debe trabajar para Telefónica por objetivos, o algo así, el individuo ha decidido trepar hasta el cajetín prescindiendo de los más elementales consejos en materia de seguridad laboral. Bendita productividad.

El caso es que he tenido que estar yo abajo sujetando la escalera metálica plegable súper cutre que temblaba armonizadamente con el tembleque de las piernas del técnico, quien además estaba bastante gordo.

En esas, ha pasado un hombre mayor, de unos 65 o 70 años, calvo, y se ha fijado en los carteles de La Caixa de enfrente de mi casa, los de "alquiler solidario", que anuncian pisos de alquiler "desde" 150 euros.

-Coño. ¿¡Tanto han bajado!? -dijo interpelándome y esperando respuesta, mientras yo mes esforzaba porque el pobre técnico no se descalabrase contra el suelo. Le he contestado, intentando no descuidar mi misión de sujección.
-Yo vivo enfrente y en todo este tiempo no he visto que den ninguno. Es una engañifa más de los bancos. Te obligan a abrir una cuenta y te meten en una lista de espera. Y, si reúnes las condiciones, te lo dan, pero te hacen firmar un contrato de alquiler con opción a compra y, si al cabo de unos meses, tienes que dejar el piso, te funden. Bueno, en relidad no lo sé, no he preguntado, pero supongo que es algo así. El caso es que yo pago 400 euros por mi estudio y me doy con un canto en los dientes.
-¡Los bancos! ¡Y somos nosotros los que ahora tenemos que solucionar lo que han hecho!
-¡Qué vergüenza! ¡Estamos viviendo un traspase brutal de dinero público, es decir, de todos, nuestro dinero, a las manos sucias y privadas de los bancos! Ellos no arriesgan nada: llevaron a cabo unas estrategias depredadoras para ganar más dinero en la época de la burbuja... algunos siguen ganando un montón de dinero especulando con la deuda... pero si algo sale mal, somos nosotros los que tenemos que rescatarles. Y encima nos hacen sentirnos mal diciéndonos que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades.
-¡Claro que sí, muchacho! ¡Lo has dicho muy bien! Los beneficios son para ellos siempre. Y las pérdidas siempre para nosotros.

Y ahí seguimos, hablando de los verdaderos culpables de la crisis y de cómo la economía real está conectada con la financiera, hasta que el técnico de la contrata que trabaja para Telefónica dijo:

-¡Eh! ¡Ustedes! Le importaría a alguno ayudarme a bajar. Gracias.

El abuelete calvo se ha ido deseándome suerte. Me ha contado que tenía un hijo de mi edad, que estaba en paro (su hijo), que estaba todo muy mal, que no entendía como no había habido manifestaciones más grandes y violentas aún y que teníamos que entrar al asalto en el congreso y que fuera lo que Dios quiera.

Pero al cabo de un rato ha vuelto a pasar por delante nuestro. Esta vez ha visto otro cartel que hay en frente de mi casa. El de cortes de pelo a 5 euros. Es una peluquería regentada por chinos. No tengo nada en contra de las peluquerías regentadas por chinos, pero está claro que para sacarle rentabilidad a unos cortes a ese precio, deberán trabajar más deprisa y con menos atención que una peluquería estándar.

-Los chinos están tirando tanto los precios que algunas actividades dejan de ser sostenible -le dije-. Es una observación que vale para lo microeconómico como para lo macro: mire la minería, por ejemplo.
-Mira -me contestó-. Hay que mirar cada uno por el interés propio. Si me cuesta la mitad aquí que en mi peluquería de toda la vida, voy a empezar a venir aquí. Y punto.

Y se ha vuelto a ir.

Repito que no tengo nada en contra de las peluquerías regentadas por chinos... pero la buena impresión que me ha dejado este hombre en un principio se ha desvanecido.

No porque quiera cortarse el pelo en unos chinos, insisto. De hecho está bastante calvo, así que, en su caso, cinco euros sí es un precio justo por un corte de pelo. Es por el hecho de que es el tipo de persona que piensa que todo lo que nos está pasando es por culpa de los bancos. Y no es cierto. Es culpa de todos y cada uno de nosotros, aunque está claro que de unos más que de otros.

Todos reproducimos en nuestra vida cotidiana el sistema capitalista: el egoísmo y la insolidaridad. El mirar solo por el dinero a la hora de elegir dónde te cortas el pelo no es muy distinto a mirar solo por el dinero a la hora de invertir en unos bonos u otros...

Especulamos constantemente, reproducimos el comportamiento de los mercados en nuestro día a día. Mirar cada uno por el interés de cada uno y no preocuparse por si los demás salen adelante dignamente es la máxima del sistema capitalista y de la derecha neoliberal. No sé si lo enseñarán así tal cual en las escuelas de negocio o lo adornarán un poquito.